Hay recetas que, con muy poco, lo tienen todo. No necesitan técnicas complicadas ni ingredientes rebuscados, sólo un pequeño truco, un buen producto y el deseo de cocinar con ganas. Este pollo ahumado al romero es exactamente eso: una receta sencilla pero con un toque especial que la convierte en algo extraordinario.
Y lo mejor de todo es que no necesitas un ahumador ni ningún equipo sofisticado. Basta una ramita de romero fresco, un poco de paciencia y el placer de cocinar con calma, dejando que los aromas inunden la cocina y el guiso tome su tiempo para convertirse en un plato de los que conquistan al primer bocado.
Hoy quiero compartir contigo esta receta porque sé que te va a sorprender. No sólo es fácil y deliciosa, también encierra ese encanto de la cocina casera que nos hace sentir bien, nos conecta con el momento y con la compañía.
Ingredientes para 4 comensales
8 muslos de pollo
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra al gusto
½ cabeza de ajos
150 ml de agua, caldo o vino blanco
1-2 ramitas de romero fresco
Elaboración
Calienta una cazuela amplia con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Añade los muslos de pollo y dóralos por todos sus lados hasta que tengan un color dorado y apetecible. Mientras tanto, dale un golpe a los ajos (sin pelar) y échalos a la cazuela para que suelten su aroma y sabor.
Cuando el pollo esté bien dorado, es momento de añadir un poco de líquido para darle ese punto meloso y tierno. Puedes usar agua, caldo o vino blanco, lo que más te apetezca. Baja el fuego, tapa la cazuela (dejándola un poco desencajada para que escape algo de vapor) y deja que el guiso haga su magia durante 20-25 minutos.
Este es el truco que va a hacer que el guiso pase de ser rico a ser inolvidable. Cuando el pollo esté en su punto, coge una ramita de romero fresco y préndela con un soplete de cocina o directamente sobre el fuego. Deja que arda un poco e introdúcela en la cazuela, tapando inmediatamente para que el humo impregne la carne con ese aroma inconfundible. Déjalo reposar 10 minutos y prepárate para el festín.
Presentación
Sirve este pollo tierno, jugoso y con su aroma ahumado tan especial. Acompáñalo con unas patatas, unas verduras a la parrilla o una ensalada fresca, y verás cómo con tan poco consigues un plato que parece sacado de un restaurante.
Porque a veces, lo más sencillo es lo más delicioso. ¿Te animas a probarlo? Si lo haces, cuéntame cómo te ha salido o si has probado con otras hierbas aromáticas como el tomillo o el laurel. La cocina está para experimentar y disfrutar, ya lo sabes 💜
Share this post