Puré de calabaza asada con jengibre y bebida vegetal de avellana
Una receta como esta es tan válida como puré para disfrutar de entrante o guarnición, como de dip para mojar con unos crackers o vegetales crujientes, saludable y deliciosa.
A veces, una receta sencilla puede convertirse en uno de esos platos que siempre apetece repetir. Y eso es justo lo que ocurre con este puré de calabaza asada, cebolla al horno y jengibre. Tiene un equilibrio de sabores suave pero con carácter, una textura envolvente y muchísima versatilidad.
Podemos disfrutarlo como aperitivo, como guarnición para platos de carne, pescado o tofu, como base para un plato principal o incluso como un dip para picotear a cualquier hora, sabiendo que estás tomando algo que además de delicioso, es nutritivo y saludable, y se puede acompañar con pan, crackers o crudités.
Si ya formas parte del equipo que asa verduras semanalmente, sabrás que tener calabaza y cebolla asadas en la nevera soluciona muchas comidas con muy poco esfuerzo. Pero si no lo haces todavía, te animamos a que empieces con esta receta. Verás qué diferencia de sabor, textura y dulzor natural aporta la cocción lenta al horno.
Cómo asar calabaza y cebolla en casa
No tiene misterio y es uno de los gestos más agradecidos de la cocina de temporada. Además, ya te lo explicamos en esta cocina, recuérdalo pulsando aquí.
Corta una calabaza en dos y retira las semillas. Coloca las mitades en una bandeja de horno con papel vegetal y hornea a 200 °C durante unos 40-60 minutos o hasta que esté tierna.
Para asar cebolla, basta con envolverla entera (y con piel) en papel de aluminio o ponerla junto a la calabaza en la bandeja. Cuando la pinches y esté blanda, estará lista. Deja enfriar ligeramente y podrás pelarlas sin problema.
Una vez tengas estas dos bases listas, el resto de la receta es muy rápida. Y si usas bebida vegetal de avellanas o almendras, como te proponemos, descubrirás un sabor sutil de frutos secos tostados y muy aromático que combina a la perfección con el dulzor natural de la calabaza y el toque picante y fresco del jengibre.
Ingredientes (2-4 comensales)
500 g de calabaza asada
2 cebollas blancas asadas
3 rodajas finas de jengibre fresco
1 ramita de romero
250 g de bebida de avellanas (puedes usar de almendra, avena, soja o leche, incluso combinar con nata para una versión más cremosa)
Sal al gusto
Pimienta de Jamaica (opcional, pero muy recomendable)
Para servir:
Shichimi togarashi (u otra mezcla de especias picantes), cebollino fresco, avellanas picadas, pimienta negra recién molida y un chorrito de AOVE
Elaboración
Una vez tengas las verduras asadas, pon la pulpa de la calabaza y la cebolla pelada en un cazo o recipiente para triturar.
Añade las rodajas de jengibre fresco, el romero y la bebida vegetal.
Sazona con sal y un poco de pimienta de Jamaica. Tritura con batidora hasta obtener una textura fina y cremosa. Si quieres que quede más ligera, añade un poco más de líquido.
Prueba y ajusta de sal o de especias. Si prefieres un toque más intenso, puedes infusionar ligeramente la mezcla al fuego, sin que llegue a hervir, para que el romero y el jengibre potencien aún más el sabor.
Presentación y sugerencias
Sirve este puré templado o frío, según el uso que vayas a darle. Decora con un hilo de aceite de oliva virgen extra, un poco de cebollino fresco, avellanas troceadas, pimienta negra y, si te apetece un toque picante, una pizca de shichimi togarashi.
Este puré de calabaza asada es una delicia para el paladar, también es saludable, nutritivo y reconfortante. No dudes en hacerlo algo más ligero para aderezar un plato de pasta o unos gnocchi, sólo tendrás que añadir un poco de queso y comprobar que es un manjar.
Así que ya sabes: enciende el horno, asa unas verduras y disfruta cocinando. Te mereces platos así. ¡Te esperamos en la cocina!